El mundo de la abeja y de la apicultura
LA VIDA DE LA ABEJA

Existen casi 20.000 especies conocidas de abejas en el mundo, aunque muchas no están descritas y el número real es probab
lemente más alto.
Hay muchas especies de abejas, pero solamente algunas de ellas son productoras de miel aprovechada por el hombre. Se trata principalmente de varias especies del género Apis. También dentro de cada una de estas especies hay diferentes razas o subespecies generalmente asociadas a países o regiones.
La Apis Mellifera, o abeja melífera es la especie más difundida y se encuentra de forma natural en Europa, África y parte de Asia. También es una abeja introducida por los europeos en Ámerica, Australia y Nueva Zelanda.
Esta abeja es un insecto social y como tal conviven en grupo para así poder llevar a cabo funciones vitales como la alimentación y reproducción.
Una colmena se compone de los siguientes miembros: una abeja reina, abejas obreras y zánganos. Cada uno de ellos cumple una importante e imprescindible función.
Abeja Reina: insecto de mayor tamaño que la abeja obrera, cuyo principal cometido es la puesta de huevos, ya que es la única abeja fértil de la colmena. Para que una larva de este insecto se convierta en una reina, esta es alimentada exclusivamente a base de jalea real y no son criadas en las típicas celdas horizontales del panal, sino que sus celdas son de mayor tamaño y su posición es vertical.
Es la abeja que tiene mayor esperanza de vida de la colmena pues pueden llegar a durar entre 3 y 4 años, incluso pueden llegar a los 5 años si las condiciones ambientales son las adecuadas.
La reina emerge de su celda después de 15 días de desarrollo y permanece en la colmena durante 3-7 días antes de salir en un vuelo de apareamiento o “vuelo nupcial”. Estos pueden durar entre 5 minutos y 30 minutos, y pueden aparearse con varios zánganos en cada vuelo. Durante varios apareamientos, posiblemente, una docena o más, la reina recibe y almacena suficiente, para fecundar a cientos de miles de huevos.
Una reina fértil es capaz de poner entre 1500 y 2000 huevos fertilizados o sin fertilizar. Cada huevo no fertilizado contiene una combinación única de 50% de los genes de la reina y se desarrolla en un zángano. Los huevos fertilizados se desarrollan en trabajadoras o reinas vírgenes.
Abejas obreras: hembras infértiles de la colmena con múltiples funciones dentro de la colmena. Durante su vida realiza diferentes funciones de de pendiendo de la edad de la abeja:
– De 3 a 5 días: alimentan a las larvas adultas con una mezcla de polen y miel (también llamado papilla alimenticia).
– De 6 a 12 días: alimentan a las larvas jóvenes y a los huevos recién puestos y producen jalea real con la que alimenta a los huevos los tres primeros días y a la reina durante toda su vida. Recogen el néctar que traen las abejas recolectoras o pecoreadoras y lo depositan en las celdillas. Comprimen el polen que traen las pecoreadoras para hacer pan de abeja que utilizaran para alimentar a las crías y limpian la colmena.
– De 12 a 20 días: fabrican la cera y construyen o reparan los panales según sea necesario.
– Desde los 20 días aproximadamente: ya salen al exterior a recoger néctar, polen y agua, muriendo entre los 40 y 50 días des
pués de nacer.
Estas labores las van realizando en función de las necesidades de la colmena. Por ejemplo si se necesita producir cera, algunas abejas dejan de hacer funciones de limpieza o de pecoreo y se dedican a producirla.
En resumen podemos afirmar que ninguna abeja está ociosa.
La esperanza de vida de la abeja obrera varía en función del nivel de actividad. En pleno verano, cuando la actividad en la colmena es frenética y el trabajo continúa sin parar, la vida de una abeja obrera puede ser tan corta como 6 semanas; a finales de otoño, cuando no se está recogiendo néctar, una joven abeja puede vivir durante 16 semanas, todo el invierno.
Zánganos: es el macho de la colmena procedente del huevo sin fecundar. Se desarrollan en celdas más grandes que las obreras y tiene la importante función de fecundar a la reina en su “vuelo nupcial”. Aquellos zánganos que llegan a aparearse con la reina mueren al finalizar la cópula, pues su aparato reproductor se desprende.
A parte de la función reproductora, los zánganos también ayudan a las obreras en alguna de sus labores, como calentar la cría y repartir el néctar entre las obreras.
El consumo de miel diario equivale a la producción diaria de seis abejas, por lo que si estos no desapar
ecen pasado el verano y las provisiones de miel son escasas, el pueblo acomete contra ellos. Los que consiguen huir de la colmena acaban muriendo de hambre y frío.
La esperanza de vida del zángano es de 3 meses aproximadamente, por lo que están presentes durante el periodo estival y jamás ven el invierno.